martes, 14 de agosto de 2012

TREKKING ACUATIC POR EL POU CLAR DE ONTINYENT


El verano es época de calor y de actividades al aire libre, y si son en un entorno fresco y ligadas al agua mucho mejor. Por ello una de las actividades estrella del verano es el trekking acuático por el clariano, una ruta absolutamente es-pec-ta-cu-lar.

La actividad consiste en una ruta de 6km descendiendo junto al rio de en su tramo mejor conservado. Es un ambiente constantemente cambiante por la vegetación; cuando esta nos impide el paso, simplemente seguiremos camino.. por dentro del agua. El clariano es rio de poco caudal asi que nos llega a las rodillas o los tobillos según tramos, refrescándonos y permitiéndonos caminar bajo el sol de verano sin notarlo. Por supuesto, el rio es muy cambiante y nos toparemos con pozas que debamos atravesar mojándonos completamente, así que por mucho calor que haga, no nos dara tiempo a secarnos ya que el juego con el agua es constante. Siempre mantenemos contacto con el suelo y la corriente es mínima, por ello no lo podemos considerar barranquismo, de hecho, lo único que debéis traer es una gorra, bañador y eso si, zapatillas de deporte que mojaremos pero nos permitirán caminar con comodidad y con el pie sujeto. Y a partir de ahí, al agua!

Aparte de la diversión, esta la belleza del paraje y la sensación de aventura al atravesar rincones y parajes vedados a las personas, por el simple hecho de que para llegar hay que mojarse; tan fácil y evidente, y a la vez tan lejano y desconocido, nos convierte en auténticos descubridores.

El tramo tiene una riqueza especial que lo hace en realidad el mejor espacio natural de la población, y entre los 3 mejores de la comarca y pese a ello totalmente desconocido. El rio esculpe un cañón de unos 30-40m de altura en una piedra particular, el tap, un limo blanco compactado que se disgrega y desgasta fácilmente. El desnivel provoca que la tierra desgastada corra sin acumularse, dejando la piedra de tap pulida y blanca, y formando curiosas formas orgánicas como si fuera el lomo de una ballena, entre los cuales corre el rio formando toboganes, cascadas, meandros y serpientes de formas caprichosas. La vegetación que consigue agarrarse en alguna esquina crece exuberante formando islas y dando grandes contrastes de color con el paisaje casi lunar del tap. Las madrillas y barbos corren a miles entre nuestros pies, y su número no es exagerado como veréis. Se ven signos constantes de huellas de animales e incluso suele sobrevolarnos las garzas reales con sus casi 2m de alas, curiosas de ver quien entra en sus dominios, y tampoco es raro ver algún galápago autóctono. En el tramo final las aguas se remansan y las paredes se estrechan, dejando un desfiladero de apenas 10m de ancho y gran altura, donde la vegetación cierra en forma de cueva. A uno de los lados, las filtraciones de agua provocan estalactitas de tosca, esa piedra porosa que crece por la cal que va recubriendo el musgo y helechos, ofreciendo una imagen mágica. El comentario de la gente es siempre ‘y esto esta aquí mismo y no lo sabe nadie..’, sorprendidos. Después del tramo final volvemos hacia el sol, ya que después de un par de horas en el agua el calor esta olvidado por completo, y se agradece un poco de calor, que mejor en verano..

Tras esto, vuelta a los coches y de ahí al Pou Clar, el nacimiento del rio con sus lagos, cascadas y agua transparente y helada, recién emanada de la roca, para dar un último chapuzón e ir a comer, al restaurante unos, y de picnic en el mismo paraje otros, para disfrutar del lugar y la naturaleza en su esplendor, y sin calores! Una ruta 10 para todo el verano y todas las edades y una de las mejores ofertas de naturaleza en toda la Comunidad Valenciana, sin duda. A qué esperáis? ;)


martes, 22 de mayo de 2012

ELS ALFORINS, BODEGAS DE LA TOSCANA VALENCIANA


 Esta semana estuvimos de ruta por Fontanars dels Alforins, ese rincón que llaman la ‘pequeña toscana’, no en vano es uno de los mejores paisajes rurales de todo el país. Imaginad un lugar de pequeñas colinas, campos de trigo y viñedos, grandes caserones y mansiones con sus jardines, montañas llenas de bosques y caminos entre los campos flanqueados por flores de colores.

 Pues es el paisaje perfecto, eso es els Alforins. La palabra significa ‘el granero’, ya que antiguamente era una de las mayores zonas productoras de trigo en el reino, siempre deficitario. Y por ello, una tierra deseada por todos, peligrosa y disputada entre Castilla y Valencia. Esta es la razón de su despoblamiento, de sus casas imponentes y aisladas como fortalezas, preparadas para resistir los avatares de vivir en la frontera. No fue hasta el XIX en que aparece una pequeña población en su centro, els Fontanars, cuando ya las guerras se hacen en tierras lejanas. A finales de siglo aparece el boom del vino, demandado por toda Europa, y los señoritos de Valencia compran casas, las transforman y las convierten en casas de veraneo, a la par que sacaban rentas de sus viñedos. Los mayores potentados se asientan o visitan las casas, marques de Vellisca, conde de Torrefiel, los de Nieulant, Colomer, santa Barbara, barones de Morera, Berbedel, condes de Salvatierra, hasta los marqueses de Dos Aguas pasan por allí. Entre nobles y militares, más de una veintena de familias de la creme de la creme, que convierten las casas en mansiones, algunas espectaculares. Algo de esto aun queda, pero guardan el secreto de estas casas y su paisaje celosamente.

En estos días en que todo esta ya trillado, este paisaje sorprende a nuevos viajeros, y descubren que els Alforins es un tesoro para el visitante. La población de mil habitantes cuenta con un restaurante de estrella michelín. Y en sus campos se reparten bodegas herederas de las antiguas casonas, que exportan vinos a todo el mundo y que por supuesto, se pueden visitar. Cuenta con algunos alojamientos en casas rurales de calidad, y un proyecto de hotel en el castillo de Torrefiel, que es visitable y donde nos recibe la misma familia del conde, abierto para organizar eventos. Allí se han rodado películas y tiene varias leyendas (ciertas) como aquella que hace al rey Alfonso XII hijo del conde, amante probado de la reina..

Este lugar da para mucho. Desde la Sària hemos organizado rutas de bodegas, visitando en autobús las mas importantes y contando en el trayecto historias y leyendas de la zona; rutas de senderismo por los campos y bosques, visitando los frecuentes arboles monumentales y centenarios; y rutas en bici absolutamente espectaculares, por caminos llanos y haciendo descansos en las bodegas para comprar vino. Esta ha de ser la tierra del turismo lento y de disfrute, pegado a la tierra y a los mejores sabores de sus frutos, y os la ofrecemos para cuando deseéis probarlos.

lunes, 23 de enero de 2012

ORIOLA - ORIHUELA

      Y porqué no recordar el antiguo nombre de la ciudad que la liga a su historia. No en vano su símbolo es el ‘oriol’, la bella oropéndola que corona su bandera tal como lo hace en Valencia el rat penat, junto a las cuatro barras del reino. Pero no sólo compite en simbolismo sino en monumentalidad; podemos afirmar con toda rotundidad que Oriola es, la segunda ciudad más monumental del País Valencià, lo afirmo sobre cualquiera.

      Esta capital del sur lo fue de la provincia o gobernación, superando siempre a Alacant o Elx, gracias a sus huertas regadas por el abundante Segura. Agua + sol = riqueza, invertida en arte y belleza, un elemento indispensable de la política para demostrar que eras alguien. Y Orihuela debía como ciudad fronteriza, arrinconada del reino y rodeada por Castilla, plantar cara y mostrar su fuerza. Por ello tanta iglesia soberbia, tanto arte y tantos palacios de las familias nobles, militares que debían defender la marca. Y todo esto, muy bien conservado gracias a su decadencia; así es, las ciudades decadentes se conservan porque no se renuevan, así pasó cuando perdió capitalidad frente a Alicante y frente a la cercana Murcia, quedando relegada. Pero los últimos años, ha podido revivir gracias a la explotación de sus playas, por ello se ha podido acometer una modélica tarea de restauración y puesta en valor de lo que tenían que era muy mucho, resultado: los visitantes pueden quedar boquiabiertos con esta ciudad desconocida.

      La ciudad se resguarda en una faja entre la montaña donde estuvo el castillo, y el rio Segura, concentrando en poco espacio todos sus monumentos, muy cercanos unos de otros. Guarda varias iglesias, entre ellas tres del gótico pleno con añadidos renacentistas, elegantes, altas y soberbias, con sus retablos dorados y sorpresa, uno de los mejores conjuntos de órganos barrocos de toda España. Todas parecen catedrales pero solo una lo es, puesto que Orihuela tiene su catedral. Y en sus retablos aparece varias veces la mano de Salzillo, el perfeccionista escultor de la belleza sencilla, presente también en el museo de la Semana santa, el mejor y más rico de todo el territorio valenciano con diferencia. Otro museo de referencia y recientemente estrenado es el nuevo museo de arte del palacio episcopal, que incluiría entre los 5 mejores de la C.V. Aparte, tenemos uno de moros y cristianos, otro arqueológico, la sala subterránea de las murallas (todo un solar bajo el edificio de la universidad, excavado y restaurado para su visita en una enorme sala..), o la casa de Miguel Hernández, el pastor poeta.

      También curiosidades como el teatro-circo, o el casino decimonónico, un decadente club de ‘señoritos’ realmente interesante. Y los palacios, enormes, de escudos sobredimensionados que ocupan media fachada, pues los nobles mandaban en la ciudad. Visitamos con un grupo el de los condes de la Granja, familiares de los Alba, con una colección de arte propia del Prado, el palacio más autentico que he visitado nunca puesto que sigue en uso por sus propietarios, y con todo su patrimonio de siglos, pinturas, tapices, armas y armaduras, joyas recuerdos y curiosidades, realmente poco frecuente en todo el país. Pero si con esto ya nos sorprendemos, dejo lo mejor para el final, el edificio más grande de todo el antiguo reino durante muchos siglos: el colegio de santo Domingo, la antigua universidad de la ciudad construida al estilo de aquellos colegios ingleses de las películas, edificios gigantes llenos de claustros, salones, aulas, artesonados y bancos rayados de siglos, que sigue en uso como colegio, y que tiene la mejor iglesia que he visto nunca, y he visto muchas. La gente sencillamente, se queda sin habla. Contiene un barroco extraño y fantástico, libre y genial, un éxtasis de oro y flores que no he visto ni en Roma. Muestra el poderío de los dominicos, que se atreve a empequeñecer la catedral, las iglesias y los palacios que hemos visto anteriormente. Si realmente queréis hacer una salida que os sorprenda, que os mueva, que sea diferente a lo que habéis visto por Valencia, llamadnos y veniros con nosotros a ver Orihuela, apostamos lo que queráis a que nos daréis la razón en todo lo que aquí he contado; os desafío. ¿A qué esperáis?

www.lasaria.com

miércoles, 23 de noviembre de 2011

LA TINENÇA DE BENIFASSÀ

   
 En senderismo, se habla mucho de algunos espacios naturales valencianos, llenos de rincones sorprendentes. Pero la mayoría, son relativamente humildes comparados con otras regiones y por eso casi se nos hacen entrañables y cercanos, a nuestra medida. Pero hay uno que compite en grandeza en igualdad de condiciones con los mejores parques, la Tinença de Benifassà.
     La tinença es poco conocida por su lejanía, en un rincón del norte. Queda oculta por Morella como referente, y por su relativa catalanidad. En realidad, es solo un fragmento de un espacio muchísimo mayor, els Ports de Beseit, y la naturaleza no entiende de fronteras. La tinença es un espacio de la calidad y grandiosidad de Pirineos, pero cerca del ambiente Mediterráneo. Eso le da aun mayor interés y diversidad a veces que aquellos enclaves, pero en un rincón en realidad más apartado y menos mediático. La Tinença guarda el mejor bosque valenciano.
     Esta es una afirmación atrevida, pero insistimos en ella. Es un gran conjunto montañoso de grandes desniveles y alturas, y sin embargo cercano al mar. Esto permite una variedad de ambientes casi infinitos que hacen coincidir en poco espacio especies mediterráneas con pirenaicas; desde el pino carrasco y el palmito, hasta el pino rodeno, negral y el rojo; las carrascas con los arces, los tejos, acebos y hayas. Por cierto aquí se encuentra una de las mayores de la península, el faig pare, un troll monstruoso sacado de cuento. Y por supuesto, una fauna abundante y fácil de ver, buitres, águilas, cabras montesas, corzos, algo excepcional en valencia. Y musgo, helechos, setas y hongos, un auténtico bosque de duendes.
     La ruta que proponemos parte desde el embalse. Nada más lo crucemos, aparece una pista forestal que rodea su margen izquierdo. La seguimos un par de kilómetros hasta unas casas y dejamos el coche. De aquí parte una senda que nos llevara en unos 10 km hasta Fredes. La partida se hace en pleno ámbito mediterráneo, ascendiendo por una senda que en tramos esta empedrada. Con ello advertimos que es camino antiguo, un paso de siglos, y marcada por los excrementos y huellas de ginetas y zorros que lo transitan. Según subimos, aparece el pino negral repoblado y aun joven, pero con gran futuro. Como dice Gustavo, ‘hi ha que vindre de aci 200 anys’ A la hora nos toparemos con un pequeño bosquete de esa edad, prueba de que la especie es idónea. Y uno de esos rincones mágicos, con los viejos arboles ennegrecidos. Si volvemos la vista atrás, veremos un mar de montañas y peñas imposibles, una de ellas horadada con un gran ojo que la atraviesa. Quien fuera águila para acercarse hasta allí y atravesar su enorme arco. Y acantilados, bosques y barrancos, un espacio difícil para el hombre y perfecto para lo salvaje. Pero nos estamos acercando hasta el punto álgido de la ruta, el portell..
     Tras varias horas, el cansancio hace mella. Se recomiendan bastones, ya que no dejamos de ascender. Pero el cambio de paisaje es tan grande a cada rato, que el ansia por ver que hay más allá es mayor. Sin embargo el portell es otra cosa. El portell del Infern, el mítico paso entre montañas. Subes por la ladera hasta dos grandes peñas, y cuando pasas, de repente se abre ante ti un mundo. Frente a ti un inmenso barranco verde, sin final, con casi 1000m de desnivel. A tu derecha una colección de peñas verticales y caprichosas, mezcladas con vegetación colgante como un jardín japonés. Y a tu izquierda un gran acantilado, bajo el cual discurre en balma el sendero, donde mil veces se refugiaron de la lluvia o la nieve los viajeros. Un grupo de soldados dejaron una inscripción casi centenaria de su travesia. Alli se recoge el agua que se filtra a un bebedero, la única fuente del camino; podeis beber, aunque quizás la compartáis con otros animales. A ese caos natural lo llamaron el Infern, a este rincón maravilloso. Cuando sintamos que hemos captado y guardado suficientemente su imagen y su magia, tras un largo rato, podremos seguir la marcha. En el tramo final os acompaña el pino rojo y el acebo, muy abundante, hasta el pequeño pueblo de Fredes. Es una aldea con encanto, de olor a leña y no demasiado restaurada. Tiene un restaurante de carnes donde hacer una comida contundente, bien necesaria. Si nos recogen en coche, buen punto final, pero si hay que volver, no os demoréis que aún queda mucho. Saldremos de Fredes por el mismo punto, pero en 1km tomaremos un desvío a la izquierda que baja. Va en dirección del barranco, con varios atajos, evitadlos y seguid el más amplio y con menos desnivel. En esta bajada aparecen tejos y hayas, muchos hongos y una vegetación cerrada. En tramos la senda desaparece y se convierte en barranco, está muy erosionada. Al llegar al lecho tras el peor tramo, llegáis al salt de Robert, una alta cascada sin mucho caudal pero de gran belleza. El agua cae en vertical sobre un pequeño lago. Es el lugar perfecto para desinhibirse y desnudarse, y darse un baño fresco bajo el agua que cae como una ducha pulverizada. En este tramo hay una microrreserva de cangrejo de rio, quizás veáis alguno. Los árboles son de gran porte, aunque estamos tan llenos de imágenes que nos caben pocas más; las fotos veréis como tampoco hacen justicia a las sensaciones. Descendemos de la montaña y la vegetación vuelve a ser más mediterránea. El último tramo vuelve a ser pista forestal, que va a buscar el pantano. Se hace largo, así que es buena idea el haber acercado más algún coche por la mañana. Volvemos agotados pero con la misma satisfacción del que escala el Everest, tras un viaje increíble y saciados y colmados de nuestra ansia de naturaleza.

martes, 11 de octubre de 2011

SANT MATEU

Hace dos semanas la visitamos con un grupo de Madrid. Cuando llegas a Sant Mateu tienes la sensación de las comarcas de interior, despobladas y de árboles bajos propios de veranos secos e inviernos fríos, una comarca de ganado y olivo montano sin serlo, ya que no esta a mas de 330 m  de altitud; y en su centro emerge el poblado de casas bajas con la enorme construcción de la iglesia y su fuerte campanario, como fuera de lugar. Ya sugiere que vale la pena parar a ver que encontramos.
La población tiene varias entradas desde la carretera, todas anodinas y algo descuidadas. Pronto nos encontraremos con algún muro de piedra envejecido, que nos hacen intuir su pasado.
Sant Mateu es lugar de cristianos viejos, de ahí su nombre. Centro de una comarca ganadera crecida con el comercio en la Edad Media, que la convirtió en mercado de lanas que llegaban hasta Florencia. Elegida como capital administrativa por los maestres de la Orden de Montesa antes templarios, que poseían todas las tierras del interior, de ahí el nombre de Maestrazgo. La villa contaba con un gran palacio desaparecido, y la iglesia del pueblo usada y financiada por la Orden, convertida en un gran templo modélico del mejor gótico catalán, e inacabada, lo que nos deja media iglesia primitiva de reconquista, y media del gótico pleno. Cuenta con un pequeño museo de orfebrería donde alucina la ‘creu grossa’, una cruz procesional de plata sobredorada y esmaltada magnífica; si vais fijaos en los pequeños detalles, las tracerías, los ángeles, las minúsculas esculturas y relieves soberbios, una obra maestra. Al salir pasareis por la torre fortificada que hace de campanario, tan ‘fadri’ en la tradición valenciana, y al lado una estupenda muestra de maquetas de arquitectura medieval, muy curiosa. Al exterior la gran plaza porticada, fácil de imaginar llena de ovejas, mercaderes y tenderetes en su tiempo, y de tanto en tanto algún caballero con su capa blanca, la cruz y las enormes borlas, tan majestuosos y atemorizantes. El pueblo concentra su mayor patrimonio en 2 calles en forma de L, con algunos palacios góticos y renacentistas; el resto del pueblo por desgracia, puede ser pero aun no es, esta plagado de caserones medievales revocados con cemento y pintura modernas, mutilados, escondidos, siguen ahí llamando a devolverle al pueblo su orgullo y su estima. Pero el pueblo sigue con su ritmo lento, con un tanto de decadencia, un tanto de estima propia y un tanto de dejadez.  Sant Mateu necesita un plan de estética urbana firme y decidido, y aumentar sus recursos visitables con algo más, ya que aún se queda corto para más de 3 horas de visita. Pero potencial tiene, y su visita sigue siendo recomendable.

miércoles, 10 de agosto de 2011

OFERTAS DE LA SEMANA

SÁBADO 13 DE AGOSTO .... TREKKING POR EL RIO CLARIANO Y CATA DE VINOS
DOMINGO 14 DE AGOSTO .... RUTA GUIADA POR BOCAIRENT Y TIROLINA EN LA SIERRA MARIOLA
LUNES 15 DE AGOSTO... ESCALADA SIERRA MARIOLA..... LLAMANOS 635120029